domingo, 29 de marzo de 2009

sábado, 28 de marzo de 2009

En período de adaptación


24 de marzo que noche… Hacia mucho tiempo que no dormía así de mal!A escasas horas de comenzar mi Servicio de Voluntariado Europeo me daban vueltas por la cabeza mil preguntas: por qué, cómo, cuándo, dónde… cada dos por tres abría los ojos y me decía no pasa nada lo que has esperado con tantas ganas está al caer, solo eran nervios pero, tengo que decir que, de ilusión. Por fin llegó, tras las despedidas y preparativos de la maleta en la que tienes que hacer virguerías para conseguir meter todo lo que te quieres llevar y decidir con todo el dolor de corazón lo que se queda allí y con la ayuda de mi madre, que decidió comprar media farmacia por aquello de si te pones malo… como si aquí no hubiese Apothekes que las llaman, después de hacer como en los dibujos y sentarme en la maleta como en los dibujos para conseguir cerrarla y pagar el respectivo sobrepeso en el aeropuerto me vi sentado en un avión… SOLO (creo que para mi fue este es el auténtico momento caquita del que nos hablaron en el curso de formación a la salida). En ese momento me asusté o digamos impresioné un poco (creo que tomaba conciencia material de lo que pasaba), pero como era un poco sólo, se me pasó enseguida y decidí confiar en que esta aventura es para bien y nada más que para bien.

Miraba el reloj ya que desde el cielo las nubes no te dejan establecer ninguna referencia y atrás había quedado el azul claro del horizonte, el sol, el mar… Ahora todo eran nubes espesas, entre algunos claros veía algunas montañas, los Alpes, imaginaba, pintados de blanco que casi se confundían con las nubes. Aterrizaba en Munich después de 2 h 35 min de vuelo con la boca abierta pues caían unos copos helados que desaparecían nada más tocar el suelo ¡Nevaba en München! de los 20º C a 1º C, YA ESTABA EN ALEMANIA.

Tras el ritual de recogida de equipajes, salí al Hall de “arrivals”, me habían dicho que allí estarían esperándome pero todavía tenía un poco de tiempo para mirar por la ventana y ver la nieve caer, eso me entretuvo. Debieron pasar entre 5 y 10 minutos cuando vi un chico con un cartel en el que ponía Pablo.

- ¿Moritz?
- ¿Pablo?
- Ja, Hallo!
- ¡Bienvenido!¿Cómo estás?

Vaya pero si este chico habla mejor que yo el español, y eso que me había venido preparando el discurso (pensé)… Cogimos el coche y tomamos el rumbo al verdadero destino, nos acompañaban muchos abetos cargados de nieve, que paisajes más bonitos hay por aquí, y al final del camino BENEDIKTBEUERN. Había pasado mucho tiempo viendo fotos y me sorprendí al ver que era muchísimo más grande de lo que imaginaba incluso mucho más bonito.

Han pasado ya 3 días. La gente es muy acogedora aquí y desde el primer momento te sientes como en casa. De momento estoy en el albergue he conocido a los chicos que trabajan aquí como voluntarios, servicios civiles o que realizan su practicum en Aktionszentrum, aquí nadie se aburre, fuera hace mucho frío así que puedes jugar al billard, futbolín, ajedrez… en una sala de juegos e incluso si te atreves, la pared de las escaleras es un rocódromo, puedes practicar escalada. Nina, Susi, Caro y Robi son estudiantes en prácticas. Nina intenta que solo hable alemán, a mi me viene bien porque quiero aprender, así que cuando nos sentamos en el comedor me dice nur Deutsch, nur Deutsch (solo alemán) y ya me ha enseñado a decir encantado de conocerte (schön dich kennen zur lernen) que está genial para la primera toma de contacto pues aquí… no paro de conocer personas, personas a las que observo y que me observan, creo que ahora se como se siente un pez en una pecera ¡pobres peces! Me sacan de mi entorno y me meten en otro, solo que para mi es mejor yo lo he elegido y puedo aprender mucho, el pez... aunque no lo ha elegido, está por estar.

Alize es italiana ella trabaja con Moritz en el Anmeldung, la recepción del albergue, ya me gustaría hablar como ella el alemán, pero me va a hacer falta tiempo y mucha práctica. Ella me ha llevado a pasear por el pueblo con su amiga Deborah, también italiana, y también me ha enseñado mucho sobre las tareas del albergue. El albergue siempre está lleno vienen escolares durante la semana y siempre hay más de cien personas. Reciben clases de educación medioambiental y los fines de semana vienen personas para cursos de meditación, yoga, baile, niños que vienen a realizar actividades de ocio, tengo que decir que me encanta estar aquí.

Se come de lujo, o al menos a mi me encanta. Los momentos de las comidas son los mejores ya que es el momento en el que me puedo relacionar con más gente y conocerla, pues estamos todos o casi todos. Lo peor son los horarios, se desayuna a las 8.30, se come a las 12.00 (¿pero qué invento es esto?), el café es a las 15.00 h que viene siendo la merienda porque hay pastel y puedes tomar un refresco, infusión… y a las 18.00 el primer día era raro, raro, raro… pero creo que me adapto rápido. Llevo mi libreta a todas partes para anotar palabras nuevas e ir aprendiendo hablo un poco como los indios, pero hablo y me entienden, con Alize y Moritz peco con el italiano y el español. Hoy he conocido a Hilme solo viene los fines de semana, es portugués y es todo vida, me he reido muchísimo con el, habla español, alemán, inglés y claro está… portugués lo que me hace cuestionarme mi sistema educativo en idiomas “aber warum ich kann nicht sehr gut die Sprachen sprechen?” todo se andará (más me vale). Bueno, creo que debería mencionar prácticamente a todas las personas que trabajan aquí pues me hacen sentir muy bien, como en familía, pero hoy también destacaré a Pater Bruno, el jefe Franz y Frau Streidl que siempre me regala una sonrisa cuando me ve.

Por supuesto que he probado la cerveza… con moderación XD, esto es cultura gente!y yo quiero empaparme hasta arriba. Acabo de empezar y ya me agobio de pensar que solo voy a estar 6 meses me parece tan poco para tanto que tengo que aprender… ¿sabeís lo que os digo?que ¡pienso disfrutarlo a tope! Mañana me voy a visitar Manchen, ya os contaré. Viele GrüBe!