miércoles, 26 de agosto de 2009

Un pequeño tesoro. Ahora y siempre

Escribo desde el tren para contaros, a los que me seguís, que el mes de agosto no me ha decepcionado nada. Tal y como yo esperaba iba a ser el punto más alto de todo mi voluntariado aquí en Alemania.

Ya os hablé del youth Exchange nice to meet youth, y después vino la semana europea, youth week, o como dicen por aquí, Europäische Jugendwoche. Muchos chavales de paísies como Ucrania, Bielorrusia, Alemanía, Eslovaquia, Polonía... otra bonita experiencia para compartir, jugar, conocer la naturaleza … con gentes de otras culturas que es con lo que yo más he disfrutado y aprendido en estos… ya 5 meses. El último día tuvimos juego, en la sala Don Bosco, a todo el mundo le gusta la sala Don Bosco, es una de las mejores de Aktionszentrum, porque están las varitas de merluza o elementos. Son unos cajones con las que todo el mundo desata su creatividade y las usan como fichas de lego, para hacer castillos, improvisados escenarios de teatro, laberintos… me sorprendieron cuando me dijeron que todos sabían una cosa que yo no sabía… y empezaron a cantarme cumpleaños feliz en … no sé cuántos idiomas que al final perdí la cuenta, pero he decir que me encantó, además nunca me habían regalado tres rosas y un cartel firmado por todos con un pollo que dibujo Elisabeth, por una de aquellas animaciones que les enseñé y tanto les gusto, o eso parece.

Después tuve tiempo para celebrarlo con los más cercanos, aunque no estaban todos los que hubiera querido me faltaron algunos, pero fue divertido y bastante tranquilo, cenamos de barbacoa en los jardines del Kloster, rodeados de velas al caer la noche, y con el telón de fondo del cielo iluminado de estrellas, algunas de ellas fugaces, que es lo que tiene haber nacido en agosto… y ya van 28.

Ese mismo 17 de agosto por la mañana estuve con Hayriye y Ceinep, voluntaria turca y su amiga, que volvían de su viaje a Praga y quiesieron visitarme, yo encantado y no me lo pensé más y en la estación de Munich compré un billete interrail. Luego en Benediktbeuern tras algunas complicaciones del idioma, por mi alemán, me encontré con Aneta, la primera invitada y una de las personas a la que más cariño, el caso es que al día siguiente cuando baje para despedirme de ella, no estaba… se había ido un poco más pronto de que yo bajará, por no decir que yo bajé un poco más tarde, mi tren salía para empezar mi viaje interrail que siempre había querido hacer y empezaba un poco triste.

Tras un largo viaje, llegué a mi primer destino, Budapest.

He de decir que ahora, que estoy en el último trayecto de mis cinco días de viaje, rumbo a Berlín, me ha salido redondo, sin haber tenido tiempo de prepararlo.

El día anterior a salir, gracias a ese día de suerte y a Internet y al facebook me encontre conectado a Moncho, un voluntario que conocí en España, en el primer seminario que vive con Pablo, otro voluntario en Hungría, y ellos me invitaron a conocer la ciudad que les acoge. Me esperaba Moncho en la estación y empezaba la aventura. Budapest es una ciudad enorme y llena de vida, coches, gente por todas partes, ruido, en general el caos que reina en las grandes ciudades. A mi siempre me la habían comparado con Praga, pero me Praga me pareció un lugar mucho más tranquilo. Todo en Budapest me pareció original, desde la casa de los voluntarios, el parlamento, la exhibición de aviones sobre el Danubio, la ciudad iluminada de noche, incluso Eri, una japonesa cuyo sueño en la vida, era recorrer el mundo, y después de trabajar y ahorrar un año lo estaba cumpliendo, ella me dijo que quitando algunas factores que no dependende ti, solo hay que querer entonces lo haces…

Tengo que dar las gracias a mucha gente que me ha ayudado en este viaje y empiezo por Pablo y Moncho. El día 20 dejaba con miedo Budapest, cogía un tren con coche cama, antes había intentado reservar billete, porque con esto de interrail no se sabe nunca y cada país es cada país, las cajeras, no muy jóvenes, no querían entender mi inglés y en el tren me mandaban de un vagón a otro… que si un vago va a Berlín, el otro a Varsovia, el otro a Cracovia, y el otro no se sabe donde… Moncho me dijo tu subete y que sea lo que dios quiera. Pagué en el tren la reserva, casí que diriá que un poco más cara de lo que tenia que ser, pero gracias a Dios, tras una noche mecida, compartida con tres australianos de unos 20 años que habían decidido recorrer Europa… amanecí en la bella ciudad de Cracovia.

Me habían invitado a Ucrania, así que mi plan era salir desde allí para Lvov, para luego volver, me habían dicho solo son 250 km. Ucrania no está dentro del interrail, así que tenía comprar un ticket nuevo, pero cuando pregunté en información y vi que llegaba a las 11 de la noche, se me quitaron las ganas de ir a Ucrania, después lo pensé y lo pensé para al final quedarme con las ganas.

Preguntando se llega… al albergue que me cogió, con solo una noche de estancia, no había para más, y contrate algunas excursiones. Tenía un número de teléfono. A Agata la conocí en el youth Exchange, y me dijo que si visitaba Polonia, ella me enseñaba su ciudad, y no falló. Pero mi cuerpo no dio para más y me entraron calambres en las piernas… así que una de las tardes en un parque sentados frente al río. Paseamos la magía de Cracovia con sus patrimonios de la UNESCO como Auswitchz, la mina de sal, o su centro histórico. Gracias también a Agata y a las catalanas, Claudía y Pilar, las conocí en una de las excursiones. Ellas me consiguieron alojamiento para el segundo día, cenamos juntos en un restaurante y como si fueramos amigos de toda la vida y por cosas del destino acabamos 5 personas en una mesa riendo y comiendo la comida típica, pues con nosotros se unieron dos alooianos que iban de boda de un familiar en Cracovia… cuando viajas te encuentras con situaciones como estas y tienes que confiar a ciegas, cuando sabes que tu eres buena gente solo te queda confiar que los demás tambien lo sean, y por suerte todo lo que me he encontrado lo ha sido. Pilar, Claudia desde aquí también las gracias. Fueron ellas las que me dijeron que merecía la pena pasar un día en la capital de Polonia, fue por eso que el siguiente tren me dejó en el centro Varsovia, aquello ya no era la tranquila Cracovia, moles de edificios y coches por todos los lados, una vez más la oficina de turismo me dio la solución y conseguí llegar al hostal que me recomendaron mis amigas catalanas. Por la noche pasee por el casco antiguo y ciertamente mereció la pena.

Antes de salir del albergue del hostal Helvetia, donde dormí en Varsovia y decidir que me iba para Berlín, me conecte un rato a Internet para matar el tiempo, aun me quedaban dos viajes. Me encontré a Alla conectada, es bielorusa, la conocí en el primer seminario y le conté todo, y le dije si quieres voy a verte, y ella me dijo si vienes te recojo. He pasado los últimos dos días en Hamburgo. Gracias a Alla y Svetlana. Era una ciudad que ya conocía, la primera vez me pareció una ciudad sucía, industrial… nunca pensé en volver. Ahora pienso que todo depende de con quien estés y lo que hagas, no es que la otra vez estuviera mal acompañado, todo lo contrario, disfruté como un enano. Pero ahora he tenido más tiempo de descubrir, parques, monumentos, disfrutar de las vistas de la ciudad desde la torre de la iglesia de San Miguel o ver de cerca los barcos que abarrotan el puerto… y bueno Hamburgo tiene algo especial después de haber leido un libro de Luis Sepúlveda que cuenta la historia de una gaviota y un gato que le enseñó a volar, te recomiendo que lo leas, es un cuento corto, pero tiene miga y yo creo que aquí en mi aventura me he encontrado con muchos gatos, que me han enseñado a volar un poco más alto. Paseando por el ayuntamiento, a mi derecha quedaba el rio, unas escaleras en las que la gente sentada hablaba, y a las que Alla señalaba. Me dijó, esa de ahí es Aneta, por supuesto yo dije que no, pero… Überraschung (palabra nueva que he aprendido: Sorpresa), Aneta, a quien no pude despedir el día de mi cumpleaños estaba sentada con Dan, su compañero voluntario allí, en las caleras que dan al río, al lado del ayuntamiento, ¿por qué?Ella acaba su EVS en Dachau, su organización organizaba un seminario, para todos los voluntarios en Hamburgo, y por cosas del destino nos volvimos a ver, un último abrazo antes de irnos y un vistazo mientras bajabamos las escaleras del Metro, cabeza gacha me hicieron entender que empezaban muchas despedidas, cómo volver a ver a gente con la que te has unido que viven en diferentes partes del mundo. Poder organizar un cumpleaños como fue el mio rodeado de sonrisas, de polacos, italianos, franceses es… un auténtico privilegio.

Hace una hora les he dado las gracias a Alla y Svetlana, les he dicho adios por la ventana, me han pedido que me quede y me han dicho que intentarán venir mañana a Berlin. Me entretengo escribiendo, recordando y sonriendo por la suerte de poder vivir esta aventura que siempre he querido, pensando que me los llevo a todos conmigo y disfrutando de mi ultimo trayecto interrail, y digo último de este billete, porque antes de salir de Benediktbeuern me dije ahora y nunca, ahora creo que prefiero pensar ahora y siempre que pueda.

Carmen y Philip me esperan la Hauptbanhof de Berlín dispuestos a descubrir conmigo esta ciudad, y pasado mañana partimos para Estocolomo. Os dejo, de momento, con la conciencia de que cada minuto que estoy viviendo aquí será para mí memoría un pequeño tesoro.
Saludos desde Berlín.