Ha sido genial y siempre que he podido me he escapado los fines de semana a descubrir las tierras alemanas y de momento puedo decir que estoy encantado con Baviera, si el día de mañana tengo pasta me compro una casa aquí, una casa en el lago de Stanberg como los ricos... pues no pido yo na, pero puestos a soñar despiertos de lo bueno... lo mejor.
Fue justo al volver del Seminario del "on arrival" (que fue super toll como dicen aquí :), como ya habréis visto en el vídeo, tuve la oportunidad de conocer a muchísima gente de 13 países distintos: Alemania, España, Turquía, Lituania, Italia, Francia, Bosnia, Rusia, Bielorusia...), cuando Moritz llamo a mi puerta y me pregunto si me apetecia ir al Tirol, así que ni corto ni perezoso allá que me fui con el y los zivis del Jugendherberge, tengo que decir que subir una de las montañas de los Alpes para mi no fue nada fácil!Los zivis con 20 años y en forma me dejaron atrás pero yo a mi ritmo lo conseguí, las vistas y las sensaciones cuando llegas a la cima no se pueden describir, así que solo puedo decir que tenéis que probarlo, vivir el deshielo, la lluvia, el sol, la nieve... increíble, y como no... la anécdota. Bajaba yo tranquilamente la montaña cuando de repente se empezaron a mover los árboles... me asusté ,sí, lo primero que pensé era que caía una gran piedra rodando en mi dirección y no se que es peor cuando, vi aparecer una cabra montesa. Ahí me ves corriendo, porque si no me aparto me lleva por delante, que no es que la cabra tuviera nada en contra mía, simplemente... pasaba por allí, para no olvidar. Después de esa semana Moritz acabo su servicio civil, volvió a casa y me tocó volver a partir de cero, pues me quedé sin compañero de trabajo, de futbolín, de cachimba... teniendo en cuenta lo abiertos que me parecen los alemanes, un bajón y el caso es que se le echa de menos.
Continuando, desde mi organización me avisaron de la visita de Sergio, no lo conocía,estaba en Stuggart en un curso de alemán, se vino para München a ver mundo y me animo mucho, pues por fin iba a visitar algo y no estaba solo, vimos el campo de concentración de Dachau, dejamos que se nos pusieran los pelos de punta y también impresionar por la historia... de lo que somos capaces las personas. En nuestro viaje visitamos Augsburg y Ulm que me sorprendió para bien. El ayuntamiento, el Danubio, la catedral con sus 765 escalones de caracol para subir a la aguja gótica más alta de Europa... y así se paso un fin de semana más.
Decidí ponerle fin al aburrimiento y planear mis fines de semana así que me compré un billete para Colonia, después de hablar con María. María es una EVS que está en Bélgica y con quien comparto mucho tiempo hablando por skype, se ha convertido en una buena amiga y teníamos que vernos, como tenía muchas ganas de visitar la famosa catedral quedé con Laita que esta en Oelde y allí, nos juntamos los tres para probar la Kölsch, la típica cerveza de la ciudad de Colonia, a pasear por la vera del Ring, tomar el sol y disfrutar de una fiesta de manga, japonesa que por casualidad había en la ciudad de Dusseldorf, me quedé impresionado cuando vi a tanta gente junta... ¿dónde estaban escondidos?
Hayriye y Marianna, las voluntarias turca y griega que hacen sus proyectos en Aschaffenburg me ofrecieron pasar un fin de semana en su ciudad, el castillo, el pompeyano, los jardines y su compañía... lo mejor. Hemos hecho buena piña y lo pasamos bien así que hemos decidido volvernos a ver este próximo fin de semana, así que cogeremos mochila y tren y nos reuniremos en Rothemburg ob der Tauber, que dicen que es precioso, así que ya os contaré que tal por allá.
Pasear por Benediktbeuern, si ya era bonito ahora lo es más, con la primavera, las flores... y los mosquitos como aviones que vienen literalmente a comerte... solo hay que ver las fotos para que os deis cuenta que no miento... hay que ver una vez en la vida Baviera.
No me enrollo más, solo deciros que TENGO AMIGOS!han llegado nuevos voluntarios son italianos, Francesco y Bárbara, por el momento me llevo muy bien con ellos. Se acabaron mis viajes largos y solo, mirando paisajes desde la ventana del tren. Jugaremos a las cartas, nos contaremos chistes, historias... y seguiremos disfrutando de mis próximos tres meses de voluntariado.
Tengo que irme pues es hora de cenar (18:00h) y tengo Spieleabend (tarde de juegos con los chavales), aunque esta vez jugamos dentro, pues lleva tres días sin parar de llover.
Saludos a todos los que haceís el esfuerzo de seguirme. ¡GRACIAS!
